Garantizar el acceso a las tecnologías de la información para reducir la brecha digital es el objetivo final del anuncio que realizó la Presidenta Michelle Bachelet, el 21 de mayo pasado, señalando que: se entregará un computador a los niños y niñas pertenecientes al 40% más vulnerable de la población que ingresen ese año a séptimo básico, y que estén en el 30% de mejor promedio de notas de su nivel.
Con esta medida, que otorgará 30 mil computadores de uso personal, se pretende que los jóvenes más desposeídos accedan a los recursos tecnológicos, y tengan las mismas oportunidades que los estudiantes de mejores condiciones económicas. Al entregar computadores a alumnos y alumnas de bajos recursos se contempla no sólo que ellos tengan acceso a estas tecnologías digitales, sino también que irradien a su grupo familiar y contribuyan a desarrollar competencias y habilidades esenciales para desenvolverse en esta sociedad de la información.
La decisión de la Presidenta ha generado una serie de cuestionamientos, uno de ellos es el riesgo de reventa del computador. Sin embargo, esta iniciativa, al igual que la entrega de otros beneficios, descansa en la confianza que el Gobierno deposita en los ciudadanos respecto del buen uso de estos recursos y en la seguridad de que este beneficio satisface una demanda sentida de la población.
El país debe estar contento con estos anuncios. La experiencia indica que si son bien utilizadas, las nuevas tecnologías potencian la capacidad de crecimiento, bienestar, equidad, enriquecimiento cultural y desarrollo de los países. En este contexto, la presencia de estas nuevas estrategias y políticas públicas permitirá acelerar el desarrollo de competencias digitales y la formación de capital humano, afectando en un futuro el crecimiento de nuestro país.
Con esta medida, que otorgará 30 mil computadores de uso personal, se pretende que los jóvenes más desposeídos accedan a los recursos tecnológicos, y tengan las mismas oportunidades que los estudiantes de mejores condiciones económicas. Al entregar computadores a alumnos y alumnas de bajos recursos se contempla no sólo que ellos tengan acceso a estas tecnologías digitales, sino también que irradien a su grupo familiar y contribuyan a desarrollar competencias y habilidades esenciales para desenvolverse en esta sociedad de la información.
La decisión de la Presidenta ha generado una serie de cuestionamientos, uno de ellos es el riesgo de reventa del computador. Sin embargo, esta iniciativa, al igual que la entrega de otros beneficios, descansa en la confianza que el Gobierno deposita en los ciudadanos respecto del buen uso de estos recursos y en la seguridad de que este beneficio satisface una demanda sentida de la población.
El país debe estar contento con estos anuncios. La experiencia indica que si son bien utilizadas, las nuevas tecnologías potencian la capacidad de crecimiento, bienestar, equidad, enriquecimiento cultural y desarrollo de los países. En este contexto, la presencia de estas nuevas estrategias y políticas públicas permitirá acelerar el desarrollo de competencias digitales y la formación de capital humano, afectando en un futuro el crecimiento de nuestro país.
